Solemos usar los términos emprendedor y empresario indiferentemente, pero la realidad es que, aunque tengan denominadores comunes, no son sinónimos. Cada uno de ellos tiene unas características distintas, incluyendo sus objetivos, su experiencia y, en definitiva, su modo de trabajo. Si vas a sumergirte en el mundo empresarial, te conviene aprender a diferenciar entre emprendedor o empresario. Te explicamos cómo.
Emprendedor vs empresario: definiciones
A menudo utilizamos los dos términos de igual forma, pero como decíamos anteriormente, esto es un error. En primer lugar, debemos conocer lo que dice la Real Academia Española sobre estos conceptos:
– Emprendedor: “Que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras”.
– Empresario: “Titular propietario o directivo de una industria, negocio o empresa”
No obstante, estas definiciones no abarcan muchos de los aspectos que implica ser uno de estos profesionales. Por ello, vamos a analizar punto por punto todo aquello que caracteriza a cada uno de ellos.
¿En qué se diferencian?
Como decíamos, estos términos se refieren a diferentes figuras del ámbito empresarial. Existen determinados aspectos que les hacen diferentes, entre los cuales destacamos:
1. Distintos planteamientos de negocio. Muchas veces el emprendedor y el empresario se unen en una misma persona, sólo que en momentos diferentes. El emprendedor suele preceder al empresario, pues el primero centra todos sus esfuerzos en sacar adelante un proyecto, en la mayoría de las veces de carácter personal.
El empresario, por su parte, es el encargado de desarrollar el negocio a través de estrategias de crecimiento y difusión. Además, se centra especialmente en gestionar la carga económica del negocio.
2. Experiencia. Por lo general, el empresario cuenta con más años de experiencia que el emprendedor. Se adapta fácilmente a distintos sectores y desarrolla proyectos de diferente naturaleza. El empresario suele dedicarse más bien a luchar por su idea de negocio, especialmente si es un emprendedor joven.
3. Equipo de trabajo. Mientras que el emprendedor lleva la mayor carga moral y empresarial del proyecto, el empresario coordina y supervisa a un equipo de empleados que trabajan para lograr un objetivo común. Todo ello con el fin de alcanzar la máxima productividad.
4. Riesgo asumido. El emprendedor es el creador de la idea y quien pone sobre la mesa toda su ilusión para lanzar el proyecto. Por tanto, es quien más tiene que perder. El empresario, sin embargo, mide el éxito en base al rendimiento económico.
5. Tiempo. Un empresario trabaja con los tiempos marcados. Pero para el emprendedor el tiempo no existe. Destinará las horas, los meses e incluso los años que sean necesarios a trabajar en su idea hasta hacerla realidad.
La ubicación: un factor clave
El lugar de trabajo es otro factor determinante a la hora de diferenciar entre estos dos profesionales. El empresario tiene, en la mayoría de los casos, un puesto de trabajo fijo en algún espacio consolidado. El emprendedor, por el contrario, suele ser un nómada de los negocios, ya que al llevar poco tiempo en el mundo empresarial todavía no dispone de instalaciones propias.
El alquiler de oficinas y los espacios de trabajo compartidos pueden ser la solución perfecta en este caso. Si eres emprendedor o emprendedora, puedes plantearte esta opción para dar los primeros pasos con tu idea profesional.
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